Mi amor por Estambul

No se si son las castañas y su humo o el olor que me repele del doner kebab en las Ramblas pero que me derrite cuando me invade por Istiklal Cadessi. A lo mejor seran los olores que solo huelo en Estambul pero que me inspiran otros mundos, los de Constantinopla. Los mundos donde las mezquitas reinan tiñendose de naranja cuando la noche domina.

Seran las colas de las gentes esperando el bus o los duros negociantes del grand Bazaar que me dejan comprarles y regatear aun a sabiendas que siempre ganan ellos mas o menos, pero siempre ganan.

Puede ser que sean los carteles de las tiendas llenos de luces de colores brillantes que te inivtan a leerlos aunque no me entere de nada. Estos carteles no llegan al despropósito de los restaurantes indios de la calle perdida de Manhattan que nunca supe volver y no saben del éxtasis de los neones del art deco de Miami, pero son las luces de Estambul.

Donde hace miles de años se paseaban Constantino y Jerjes o Darío ahora son mujeres pintadas de arriba abajo y al lado suyo otras que van tapadas tambien de arriba abajo.

Veo a indigentes y mastodontes con miradas perdidas en el suelo y escucho rezar y gritarle a Ala desde los menires de las mezquitas. Supongo que le diran que les ayude o que les deje en paz y me susurra el taxista que es en Ankara donde sé es religioso, que en Estambul hay mas fiesta y vida.

Rodeo el Dolmabache y recuerdo la calle del Zimberlitas, mi haman preferido donde hombres te rascan hasta que te dejan sin piel.

Desde la habitacion donde estoy mas dormido que despierto veo Asia y el puente que lo junta y como cambia de colores de verde a azul pasando por rojo.

Me traen el segundo vaso de vino blanco… Algo de Chardonnay turco aunque me da igual porque todo sabe diferente en la ciudad que me enamoró.

Me llega el pescado que a lo mejor ha sido pescado por los miles de pescadores que se alinean en el puente del bosforo… Parando el tiempo y enamorandose del mar turco, sensual y vivo como ninguno.

Creo que viví aquí hace cientos de años porque esto que me pasa con Estambul, no es normal.