La Tundra Congelada

Ahora mismo, estamos en medio de un temporal de frío y nieve que asola gran parte de Estados Unidos, aunque desde Miami lo vemos relajadamente. Sin embargo, muchos de los nativos de aquí me comentan que están sorprendidos porque vamos a llegar a los 11 grados y corren entusiasmados a ponerse sus chaquetas.

La noticia era que hace un par de días en Green Bay, Wisconsin, se iba a jugar un partido de play-offs entre el equipo local, los Green Bay Packers y los San Francisco 49ers. Hasta aquí ninguna novedad sino se hubiera jugado con una sensación térmica de menos 25 grados centígrados.

Me imaginé que el estadio Lambeau Field, también llamado La Tundra Congelada, de 72,922 espectadores, estaría cerrado o sólo irían los 4 raritos de turno que no tienen nada que hacer y, claro está, me equivoqué.

El campo estaba a reventar, no cabía ni un alfiler, la gente no paró de animar y veías a los jugadores tirando vapor por su boca, vapor medio congelado.

Todos los “supporters” desgañitándose mientras animaban a su equipo que casi lo consiguió pero que no pudo con los 49ers por un field goal a cinco minutos del final del partido.

Es cierto que me han dicho que en Green Bay sólo hay fútbol americano y poco más que hacer y que ese partido podía ser su momento de gloria para pasar ronda, pero no me lo creo porque a menos 25 grados tiene que haber más argumentos.

Argumentos como la profesionalidad de la NFL, como que los comités disciplinares no descansan durante los fines de semana, como que la tecnología está presente desde hace años, como que hay un límite salarial, como que no todas las estrellas están en uno o dos equipos y los demás equipos se aburren y suplican llegar a ser cuatros o quintos porque no tienen dinero suficiente para fichar a estrellas, o porque la profesionalidad de los clubes de por aquí es igual de importante que pertenecer a cualquier empresa normal… porque un club deportivo es eso, una empresa normal donde se gana dinero y encima los periodistas lo entienden y no tienen ningún reparo en hablar de “sport business”.

No todo lo que se hace aquí es perfecto, ni mucho menos, pero hay cosas buenas de las que vale la pena aprender, como por ejemplo: toda la base estratégica y fundacional y por encima de todo mantener esa igualdad para que la liga sea emocionante. Entonces los estadios se llenan hasta la bandera aunque haya menos 25 grados de sensación térmica y no se necesitan anuncios por la radio suplicando a la gente a que vaya al estadio. No hace falta.

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